sábado, noviembre 22, 2008

Colgar en la red


Me gustó mucho esa expresión"colgar en la red". La oí en el máster, supongo que es común, o al menos lo es en España. Pensé en ese ordenamiento abstracto al que siempre apelamos para poner las cosas intangibles. La web al parecer está arriba. Por eso subimos -subo-palabras. Los sentimientos están adentro, las mariposas pueden estar afuera o en el estómago, la memoria de nuestra computadora está abajo (por algo nos bajamos las peliculas). La muerte, me parece, está o completamente afuera, como algo que no podemos alcanzar, o en el centro, en el gérmen propio de lo interno.

Cuando el profesor dijo "colgar en la red" pensé en la imagen de unos zapatos colgados de un cable eléctrico. Esa imagen me parece hermosa como pocas, quiza como un papagayo enredado, aunque esta última es además triste. (Hay otra imagen que cada día me asombra más su belleza, pero que es dificil de describir. Me gustaría filmarla, pues son varios sus protagonistas: negritos oscuros que halan al tiempo una cuerda que cierra un mantel de carteras que reposa en el piso y corren en bandadas viendo para atrás) Ahora que escribo esto pienso que quizá me gusta tanto la imagen de los zapatos porque estaba en uno de mis libros favortitos Cuentos, mitos y leyendas para niños de América Latina , en el que se contaba una historia de una quema de Judas popular. Ese cuento me hacía reir por horas con una frase de una niña a la que le colgaban los mocos. Aún ciertas frases, en libros o en conversaciones, me hacen reir por horas sin sentido.

En fin, que si mis palabras subidas además cuelgan,puede que estén también amarradas por sus trenzas en este cable que conforma una red y que conecta a muchisimas personas y máquinas, arriba y abajo, de afuera para adentro. Me gusta pensar que mis palabras forman unas botas verdes de trenzas color azul cielo. Una bota de un lado y la otra bota del otro, unidas por la trenza, colgadas al mismo cable, sostenidas y volando.

Quería escribir esto.

También quería escribir que como me voy mañana a Caracas, luego de un año y dos meses fuera, me siento llena de todos los sentimientos y no termino de entender lo que siento. Pero que me guindo como esos zapatos a un libro precioso que compré en Londres: The Curious Incident of the dog in the night-time. Leer un mismo libro en dos ciudades pueden salvarte cuando estás tan triste, feliz, nervioso de volver. Es una línea que nos hace estar en un lado del mundo, a la derecha, un día corriendo en clases, trabajo, catalanes, Carlitos, y luego, el mismo día, en un carro con papás, mamás, hermanos, calor, caraqueños. Dos sitios tan lejanos, como el adentro y el afuera, si no tienen un cableado que nos de coherencia, nos puede chocar mucho. Un profesor, Marco, hablaba de la necesidad de los pasajes de iniciación. Yo siempre he tenido necesidad de ellos. Los transportes públicos son mi sitio de iniciación preferida: digiero lo que me pasó en el espacio anterior y me "inicio" para el nuevo sitio. Quizá el vuelo de mil horas a casa me ayude a iniciarme. Y para llevarme todo el otro espacio y digerirlo bien, me llevo mi librito, que me acompaña en el pasaje. Creo que no me estoy explicando bien, pero me duele la cabeza.

En fin, que los espacios, arriba y abajo, de adentro para afuera, del acá al más allá, duelen mucho. No es tan fácil cruzarlos, no es tan cercano como parecen en internet, donde todos cuelgan a una distancia en que solo se suben los brazos y ahí están. Por eso llamé a mi primera pagina de fotos Mi espacio donde no hay espacio porque para entonces la web no me parecía realmente un sitio y me hacía gracia el título de "spaces" de msn. Pero claro, quizá todo eso sea simplemente porque llegué tarde al mundo de internet y me reía horas con un libro de papel, al que podía tocar, subir o bajar de una repisa, y llorar de la risa hasta mojarlo por una frase que decía mocos.
Dejo esto aquí colgado para que quede de este lado de mi corazón, donde me he sentido en casa después de un año de sentirme en el polo norte.

buenas noches Calito. Te amo mucho aunque no sea valiente. Pero cuando intento serlo y lo logro lo soy más, como decía Chespirito sobre los cobardes. Aquí te dejo este lado de la cuerdita, para que llegues con ella más a la izquierda, donde te estaré esperando. Más abajo, podría decir también, pero como te dije en Francia, puede ser también que estemos más arriba. Depende de la convención.
pd: foto cortesía de Petitecelesta en sus travesías por la selva.