martes, octubre 01, 2013

sábado, julio 20, 2013

Para hacer un rinoceronte


Hay que empezar por delinearlo para que no se confunda con cualquier cosa, expandido en lo infinito como hasta ahora vivía. Así tendrá un adentro y un afuera.

Luego,  hay que hacerle un corazón, es decir, una válvula esponjosa que divida el tiempo en dilatación y recogimiento, para que día y noche también en él se sucedan. Las ondas que se extiendan en forma de hilos tendremos que urdirlas con cuidado hasta tejer todo su interior.

Forma y sangre no bastan para ponerse de pie, solamente las algas se conforman con eso. Con un poco de arena y fuego, moldeamos su cuerno, y lo ponemos en el hocico trazado. Digno y brillante, la vanidad le va precisando debajo de su rostro un rostro más duro: calavera.

Su cuerpo leve se rellena entonces de un orgullo graso que debemos saber repartir a tiempo. Es necesario unos pies robustos para sostener esta nube pesada que aún no bosteza. En este punto debe parecer un globo aerostático relleno de gelatina con una punta aguda y nacarada.  Esperemos el esqueleto que quiere cristalizar.

Podemos aguardar ahuyentado miedos como moscas e ir nombrando lo que hasta ahora es hipótesis: uñas, falanges, escápula, esternón. Aunque las palabras no bastan si no hay convicción de existencia, nada tiene dimensión si no lo invocamos.

Firme y fibrosa, su columna se va ordenando y, con delicadeza, extiende una telaraña de costillas que protegen las bolsas de sangre y bilis que el corazón ha ido creando.

Si entonces nuestra bestia ciega se pone de pie ha llegado el momento de partirle los huesos para articularlo y que así pueda doblar patas con rodillas y cabeza con cuello. Dos gotas de saliva iluminarán ojos y cúmulos de filamentos cubrirán sus líneas hasta abundar en cuero.

Introduzcamos dos dedos en el hocico para formar  las ventanas de la nariz y dos en sus orejas para las fosas auditivas. Para hacer un rinoceronte hay que tener mucha fuerza y entereza, pues una vez que entra y sale de él el agua y el aire, el hambre y la sed, debemos correr prestos a la copa de un árbol o morir arrastrados.

Para hacer un rinoceronte hay que tener un árbol cerca.

Para hacer un rinoceronte hay que correr el riesgo de morir arrollado por tu animal.

 

domingo, mayo 19, 2013

Fragmentos de un libro futuro de José Ángel Valente



Si hay un momento en el mundo
donde el pico de un pájaro
dijérase parece suspender el caos,
un súbito momento de tenue paz, ahora,
en el parque de una ciudad extraña donde me encuentro por azar.

Si existe repentino este silencio
en el leve descenso de la tarde,
si hay aves que se funden y hacen uno el canto y la quietud
y una mujer joven que cruza con su hijo pequeño de la mano
me mira, intensamente,
si este eterno es verdad, merecería
la pena haber venido,
estar presente, dios, en esta cita tuya no anunciada.

                                                                     (Parque de Figueras)



viernes, abril 26, 2013

Vim só dar despedida




Hijo del sol poniente cuando se obstina en pasear 
cubre de sal sus ojos, enfermos de ganas de volver

jueves, marzo 28, 2013

El corazón es un cazador solitario- Carson McCullers

"Mick se sentó en la escalera y apoyó la cabeza en las rodillas. Y se introdujo en el cuarto interior. En ella es como si hubiera dos lugares; el cuarto interior y el cuarto exterior. La escuela, la familia y las cosas que sucedían a diario se situaban en el cuarto exterior. Mister Singer estaba en los dos cuartos. Los países extranjeros y los proyectos y la música estaban en el cuarto interior. También las canciones que ella componía. Y la sinfonía. Cuando estaba sola en aquel cuarto interior, la música que había oído aquella noche después de la fiesta volvía a su memoria, y crecía lentamente como una gran flor en su mente. A veces, durante el día o cuando acababa de despertarse por la mañana, acudía repentinamente a su memoria una nueva parte de la sinfonía. Entonces tenía que retirarse a su cuarto interior y escucharla muchas veces y tratar de unirla con las demás partes de la sinfonía que recordaba." (175)

martes, marzo 19, 2013

caminando por Caracas



"Siempre he pensado que Caracas es una ciudad en la que no puede existir ningún recuerdo. Es una ciudad en permanente demolición que conspira contra cualquier memoria; ese es su goce, su espectáculo, su principal característica. En algún momento de mi vida me he horrorizado ante esa situación; hoy no. Hoy pienso que es una legitimidad, y así como hay pueblos que construyen, hay otros que destruyen. Hay pueblos que tienen en la construcción un sentido de la vida, como algunos lo encuentran en la destrucción."

José Ignacio Cabrujas

jueves, febrero 14, 2013

jueves, febrero 07, 2013

delirio de mimbre



una pelota tejida, de mimbre, habla del infinito: al menos a simple vista no se sabe dónde comienza ni dónde termina, como si desde siempre hubiera estado cerrada. pero lo más sugerente es que, aunque cercada, deja ver su interior,  idéntico a lo que la rodea: vacío. un cuerpo tejido, de mimbre, que guarda un vacío, que lo demarca.
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los cuerpos por dentro están llenos de sangre y vísceras y glóbulos y tripas y conductos de pellejo y jugos y olores, pero sobre todo, de oscuridad. si cortas un cuerpo podrías encontrar todo esto pero todo esto dejaría de estar en movimiento, pues los cuerpos por dentro están llenos de una plastilina mojada que escurre y succiona con cierto compás, pás, pás, pás, de arriba a abajo o de un lado al otro o de arriba a un lado, pero siempre igual al, al; pás, al, pás, al; simetría.

Por afuera procuramos trenzarnos el pelo y cortarnos las uñas.

dentro de los cuerpos, como dentro de las casas, suceden cosas recónditas todo el tiempo -invisibles -. por fuera procuramos tejer cables de luz y de teléfono, tendemos cabuyas para poner a secar la ropa que nos cubre la piel  y la garganta por donde sube y baja nuestra saliva y por donde también se deja sentir el adentro acompasado del cuerpo y el corazón de las casas que pás, al, pás, al, pás. los cuerpos salen de las casas y buscan otros cuerpos y los pastorean y los ordeñan y los venden en un sitio que los venderá a otro sitio que los venderá a otro sitio y luego los trocearán, dejando a la vista las esponjas gelatinosas que hasta entonces no eran más que ritmo y oscuridad. ese cuerpo ya sólo es afuera, pero ha servido para crear ese tejido de cuerpos que recogen y entregan que recogen y entregan (se entretejen), para luego llevárselo dentro.

Por afuera nos abruma el vacío.

los cuerpos recorremos ese vacío y nos entrelazamos con cuerpos para formar otros cuerpos más grandes. nos reunimos en el trabajo después de despertarnos a la misma hora después de haber preparado la comida el día anterior después de haber intentado dormir por lo menos seis horas - ah, déjame dormir hoy cinco minutos más - para recoger y entregar y tender cables e hilos y fibras que aparentan entrelazarnos y hacernos parte de algo que rodea un centro al que pocos se han asomado a ver. un adentro invisible - vacío - rodeado de lo mismo. 

cuando eso sucede, cuando entrelazamos nuestros cuerpos, quedamos  como la bola de mimbre perfectamente tejida, en apariencia infinita. 

pero  -  ¿cúando?

miércoles, enero 02, 2013

Teoría y práctica de la eternidad, de Rosa Alice Branco



Será difícil aceptar tus ojos errantes
posados en la sabiduría de su cuerpo
y tus manos paradas como si reposasen 
de un día de trabajo. Pero observa bien al labrador, 
míralo caminando por las estaciones de nuestras vidas
y después cava así tu propio corazón, 
remueve las piedras, las raíces muertas, 
las pequeñas hierbas que no lo dejan medrar.
Que respire ahora la tierra revuelta
para recibir la semilla que posarás en el fondo.
Y que venga el invierno. En el frío de tus huesos
siéntela estremecerse, deja que cante el dolor
y cuando reviente y llene el pecho
verás cerca de ella las manos de la tierra,
los corazones ansiosos de la tierra fértil,
y sabrás que tu trabajo nunca tendrá fin.