viernes, diciembre 28, 2012

por lo menos tomé eso como un obsequio


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transferido 55,00 Nuevo Saldo
74, 0427 fecha y hora 28/12/2012 
00:24:55 

Sabes que ayer transferi por error 
un saldo. Era que estaba tan dormido
que ni cuenta me di. Pero por tu voz 
veo que por lo menos valio la pena la
equivocacion. Y se que derepente usted
lo disfrutara. Ja ja ja

No la conozco pero por lo menos tomé 
eso como un obsequio de navidad. Feliz 
navida y que me la atropelle la felicidad

Hola, muchas gracias pero, hay forma d q 
se lo regrese? es su saldo! A mi me habia 
extrañado, pero tenia tambien mucho sueño 
jeje

No vale tranquila es un regalo de navidad. 
La equivocación éxiten solo que no hay que 
dejar pasar las oportunidades. Y tiene muy 
linda voz. Y como se llama usted

Bueno muchisimas gracias, que tenga un 2013 
asi de generoso. Mi nombre es Lucia 

Lucia yo me llamo williams. Y de dond es 
señora lucia que su acento me sono raro ja ja 

Me despertó una llamada a las 9 de la mañana donde nadie habló. Se oía mucho tráfico, cornetas y ruidos de motor. Luego llegaron sus mensajes. Después de Lucia no le dije nada más. Se me acabaría el regalo si seguía respondiendo.

martes, diciembre 04, 2012

barajar las etiquetas

“Yo creo que mientras los políticos, los militares, los periodistas y los historiadores pasan la vida poniendo etiquetas de antagonismos sobre las cosas… las mujeres, que somos numerosas y muy desordenadas, nos encargamos de barajar las etiquetas estableciendo de nuevo la cordial confusión”

Teresa de la Parra

lunes, diciembre 03, 2012

Oración gnóstica

Señor, tú nos has dado estos cuerpos
con sus huesos alargados
cubiertos de músculo y piel
cuerpos con tiempo dentro
cuerpos porosos
bellos
hambrientos de cuerpos
abiertos
en un estado continuo de putrefacción

Anhelantes y finitos

Con el mío me permites tocar el agua
con el mío me permites saber de Ti
con mi cuerpo he abierto surcos en el mar
he sentido el corazón de mi animal
he probado el gusto de la sangre
he hilado la memoria en tendones
para hacer una hamaca de experiencias

No permitas que no pueda tenerla
Deja al menos que recuerde
deja que al menos recuerde
la mirada (eso que es y no es cuerpo)
el gesto (eso que es y no es forma)
la mirada que en sus ojos me espera

Luego volveré a estirar los brazos
solamente para alcanzarTe.

F.Cávilas

lunes, noviembre 19, 2012

Música portuguesa

Luminosa y amorosa




el vídeo, tan o más bonito que la canción, muestra una Feria en Viana do Castelo, en Minho, una región del norte de Portugal.  Las muchachas están vestidas a la manera tradicional, de "minhotas", que ha pasado a ser uno de los trajes lusos más característicos. Las que van vestidas de negro son "noivas", y es ése, con ese color y estilo, el vestido con que se casaban. El color, según dicen, habla del pacto sagrado del matrimonio: hasta que la muerte los separe, pues será con este traje que las vistan, ya cadáver,  el día de su funeral.

Irene era de Viana do Castelo. Apenas hablaba conmigo, apenas hablaba con nadie. Su ropa, sus cosas, su cuarto, decían muy poco de ella. No tenía prácticamente nada que me dejara saber quién era. Supongo que ella tampoco lo sabía.

Tenía un hermano gemelo y tenía un novio, que iba muy de vez en cuando a la casa. Su presencia en casa era muchas veces como el de un ratón: un ruido huidizo y asustado. Nunca estaba segura de si estaba o no, pues ella prefería evitarme. No entraba a la cocina mientras yo estuviera, ni a la sala, ni al balcón. Recuerdo, eso sí, que tenía una voz muy bonita, ronca y baja, un único rasgo con terciopelo. Recuerdo también que tenía, como yo, muy poco dinero. Que vivíamos con lo mínimo y que pasábamos apagando las luces y el calefactor, aunque nos congeláramos.

 En el fondo, las dos estábamos asustadas. Ella, por juventud  y algo más, pero nunca me dijo nada, y yo, por lejanía y soledad. También yo era un ratoncito, encerrada en mi cuarto, tratando de darme un orden cuando todo mi mundo había cambiado; debajo de las cobijas, sacando y guardando mis cosas una y otra vez durante las noches. Reorganizando mis pertenencias, que luego del viaje se habían limitado al peso permitido en el avión: 32 kilos. Mi vida en 32 kilos.

Irene nunca me invitó a una Feria en Minho. Realmente, nunca me invitó a nada. Y yo tampoco. Compartíamos la casa como si viviéramos solas. Ella se iba todos los jueves muy temprano a Viana y volvía los lunes, por lo que apenas estaba tres noches en casa.

Me habría gustado poder conversar más con Irene, pero luego de cinco monosílabos me sentía agotada.

Irene llevó a la casa una hornilla de gas y un televisor. Nada de pañuelos rojos floreados ni zarcillos dorados. Sé que no se casará con un vestido tradicional, pero creo que se casará (si no se casó ya) con ese novio, su novio del pueblo, su minhoto. No sé - pero puede ser - que sea hasta que la muerte los separe. Él creería que es para siempre suya y ella sabría que no sería nunca de nadie. Adentro, muy adentro de sí misma se encontraba, lejos de cualquiera que la quisiera tocar.

Esto es lo que sé y lo que supongo de Irene, pero no es todo lo que tengo por decir.


domingo, octubre 21, 2012

bástese con la realidad


antes de la tormenta, con un fondo gris rayado
una gaviota desespera su única ala libre
para dar vueltas en torno al pararrayos que la atrapa

a lo alto

junto a los bomberos y sus motosierras
un hombre con una jaula: el enterrador de fauna silvestre

debían derribar el alto hierro
pero lo primero en caer al suelo fue el cuerpo
inmóvil, del pájaro herido

luego cayó el pararrayos, pero ¿quién iba a verlo?

el enterrador silvestre de fauna tomó con su guante
un cadáver y lo metió en la jaula.

se había adelantado a los hechos.

ahora sólo llueve,
he perdido las ganas de comer
y los rayos pueden caer encima de todos





Articular

Una fuerza se convierte en movimiento desde el momento en que entra en acción y se desarrolla en el tiempo.

Si no conseguís articular vuestro sufrimiento en una estructura bien definida, estáis jodidos.
(...)

Creed en la estructura. Creed también en la métrica antigua. La versificación es una poderosa herramienta de liberación de la vida interior.
(...)

Si el empleo de un verso determinado (por ejemplo, el alejandrino) os supone un esfuerzo, renunciad a ello. Ese tipo de esfuerzo no se ven nunca recompensados.
La cosa cambia en lo tocante al esfuerzo general, permanente, que consiste en huir de la apatía. Éste sí que es indispensable.

"Articular" en Sobrevivir, Michel Houellebecq

miércoles, octubre 17, 2012

Se debatieron, pero al final recuperaron la compostura

"Pero la más brutal es decir que tiene miedo: miedo de escribir, miedo de las mujeres. Tal vez ponga mala cara a los poemas que lee en Ambit y Agenda, pero al menos están impresos, están en el mundo. ¿Cómo va a saber si los hombres que los escribieron pasaron años debatiéndose con las mismas exigencias que él ante la página en blanco? Se debatieron, pero al final recuperaron la compostura y escribieron lo mejor que pudieron lo que tenían que escribir, y lo enviaron por correo y sufrieron la humillación del rechazo o la humillación equivalente de ver sus efusiones en fría impresión, en toda su pobreza. Del mismo modo, estos hombres habrían encontrado una excusa, por pobre que fuera, para hablar con alguna chica guapa en el metro, y si ella girase la cabeza o dejase caer algún comentario mordaz en italiano a alguna amiga, bueno, habrían encontrado el modo de sufrir el revés en silencio y al día siguiente lo habrían vuelto a intentar con otra chica. Así es como se hace, así es como funciona el mundo.  Y un día, estos hombres, estos poetas, estos amantes, tendrán suerte: la chica, no importa la excelencia de su belleza, les responderá, y una cosa llevará a la otra y sus vidas se transformarán, las de ambos y punto. ¿Qué más hace falta sino una especie de obstinación estúpida e insensata como amante y escritor unida a la buena disposición para fracasar na y otra vez? Su problema es que no está preparado para el fracaso. Quiere una A, un alfa, o un cien por cien cada intento, con un gran «¡Excelente!» al margen"   

Juventud, J.M. Coetzee 

lunes, octubre 15, 2012

así, pero al revés



entras con todos tus colores,
 me atraviesas con furia,
y en mi esternón te condensas
en una única frecuencia:
un haz de ternura


mi cuerpo

traduce

tu piel

pasa dentro de mí para convertirte en ti mismo: pájaro, aire

Ana y Francisco de Pájaro

domingo, septiembre 30, 2012

La Vigilia, de Gelindo Casasola



He soñado con prados amplísimos
donde el deseo ya no esté.
¿Soy yo acaso esa ilusión
que pienso? Enrarecido entre las
amapolas y entregado a la belleza
de las imágenes que estallan
bajo un cielo tranquilo.

Los deseos antes eran sencillos.
O tal vez más complicados
pero es difícil saberlo.
Nada sé ahora, únicamente miro
las nubes.

Hay poetas de extraña versatilidad
para la mentira. Yo miento
la verdad. Ella se presta a los juegos
de las formas y a la desolación
de la vida en un día tranquilo.
En realidad todos los días son
tranquilos. Me admiro de mi indiferencia
ante la dificultad de las cosas
pero las cosas son difíciles
sólo en apariencia. No deseo
ya.

Los deseos son más preciosos cuando
no pueden cumplirse. Son
como el agua fría. Como
el hielo el deseo se disuelve
a medida lo conocemos, si es que
alguna vez llegamos a conocerlo
tal un paisaje vespertino.
Son los paisajes más hermosos.
Así me retiro de la comedia.

He soñado, dije, ardientes soledades.
Pero mi vocación de solitario
desaparece al alba cuando los marineros
salen a la mar enfurecida y yo
duermo. Y la alabanza por todo
lo que malgasto en vigilia
se hace entonces monótona; 
como monótono es vagar en los
jardines y perder los días
como los años. Mucho he perdido
jugando así pero sigo siendo
esperanzado.
Ello es bueno.

Estar despierto en la noche sin
nubes y preguntarse por qué ellas
en este momento no existen
ha sido mi oficio durante años. 
Ha sido mi oficio verdadero.
Y las amapolas siguen estallando
en los campos y no son magnolias
como creía el pastor nocturno.
Son amapolas.

Mi vigilia es siempre taciturna. 
Me pregunto qué la habrá hecho así
porque podría hablar con 
las piedras; o con los gnomos
que aparecen siempre
Pero soy un gnomo, me olvidaba;
por ello no duermo.

Hay una hora tan oscura antes de
la luz. Me recuesto a los árboles
y sueño otra vez, ahora verdaderamente
Sueño.

jueves, septiembre 20, 2012

Dos



Le quité la piel a mi sombra
y me hice un abrigo con ella
ahora, entre los dos, somos un oso 
no hay falta de luz que no nos contenga

Toco mis dientes con su lengua
y bufo entre los huecos de su hocico
(es grande y húmeda mi nariz)

Olisqueo lo que queda en la carroña
en los campamentos de hombres que,
como yo,
huyendo de nadie
   se han ido 

F. Cávilas 






La visita de Houellebecq

El 19 de septiembre de 2012 Michel Houellebecq visitó Barcelona para promocionar la publicación de su libro Poesía, el cual condensa toda su obra poética. La edición, bilingüe, es de Anagrama y reúne en un sólo tomo sus cuatro títulos: Sobevivir, El sentido de la lucha, La búsqueda de la felicidad y Renacimiento. Para la presentación del libro el Instituto Francés prestó una de sus salas de espectáculos y así, algunos como yo, armados de traducción simultánea, pudimos ver y escuchar al autor en vivo.

Había buscado fotos y datos de su vida cuando leí El mapa y el territorio pero al tenerlo ahí enfrente quedé sorprendida: no tanto por la delgadez extrema, la piel atirantada y grasosa a la vez o los ojos hundidos, sino por la sensación de estar viendo a alguien muy viejo o muy enfermo. Frágil, pensé, hay algo en él muy frágil: como un pájaro mojado en medio de una autopista. Houellebecq entró a la sala y subió (saltó) a la tarima con movimientos rápidos, pantalón beige y camisa amarilla –todo arrugado– zapatos marrones, pelo despeinado –un pelo fino y duro al mismo tiempo, esponjado, gris, levantado en la parte de atrás, como si hubiese recostado mucho tiempo su cabeza en un mismo sitio y ninguna mano (ni siquiera la de él) hubiera tenido la bondad de devolverle a su sitio los pelos – movimientos ágiles, en fin, que contrastaban con el cuerpo que estaba viendo. (Abrí el libro para revisar el año del nacimiento y leí que tiene apenas 54 años).

Cuando se posó frente al micrófono para leer el primer poema vi sus pantalones acordeonados y pensé que había algo en su presencia que me recordaba a un sacerdote. Un tímido sacerdote atormentado con el Misterio, perdido en una misión perdida. Esta sensación se fue pasando mientras lo oía recitar, echarse relajado en la silla, fumar cigarrillos previamente mal liados y declamar sin posturas versos sobre su vacío interior. Para entonces se me apareció como un esmirriado tenista que le pega con fuerza a la pelota de la insatisfacción y del sufrimiento que el mundo, según nos dice, le ha ido lanzado sin piedad. Un tenista que mueve la mandíbula como un anciano de 80 años antes de romperle el servicio a la realidad. 

"La sociedad en la que vivís tiene como fin destruiros.” Escribe en el libro Sobrevivir, al cual, vale destacar, no considera que esté compuesto de poemas, sino más bien por una especie de “cartas de San Pablo” o de prescripciones. Continúa diciendo: “Otro tanto se puede decir de vosotros respecto a ella. El arma que empleará es la indiferencia. Vosotros no podéis permitiros adoptar la misma actitud. ¡Pasad al ataque! Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus heridas. ¡Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte”. (27,2012)

Y allí estaba él, encarnando sus palabras, en medio del ataque, armado con sus textos, metiendo la llaga en su propia herida para obligarnos a sentir a todos. De frente al micrófono, habiendo colocado a su lado una mochila de estudiante, sucia y usada, de donde sacó sus libros, llenos de marcas y post-its. Claro que esta imagen lo revelaba también como un adolescente, le daba a toda el escenario rimbombante francés una reminiscencia a recital colegial; a los recitales de bienvenida en la Universidad. Algo muy genuino en todo esto chocaba con el ambiente prefabricado, con los trajes elegantes del público,  con la parafernalia, y  hacía la velada más próxima, de algún modo, más pura, incluso, como su forma de leer, más digna. Pero también, ante mis ojos, lo hacía quedar más y más desprotegido, desnudo ante un público demasiado vestido.

Comenzó leyendo este poema en prosa, de la tercera parte de El sentido de la lucha :

Las golondrinas alzan el vuelo, rozan las mareas, y se elevan en espiral en la tibieza de la atmósfera. No hablan con los humanos, porque los humanos se quedan pegados a la Tierra.
Las golondrinas no son libres. Están condicionadas por la repetición de sus órbitas geométricas. Modifican ligeramente el ángulo de incidencia de sus alas para describir espirales cada vez más abiertas con respecto al plano de la superficie terrestre. En resumen, no hay ninguna enseñanza que extraer de las golondrinas.

A veces, volvíamos juntos en coche. Sobre la llanura inmensa, el sol poniente era enorme y rojo. De repente, un rápido vuelo de golondrinas rayaba su superficie. Entonces, tú te estremecías. Tus manos se crispaban sobre el volante forrado de piel. Tantas cosas podían separarnos, en esa época.  (115, 2012)

El traductor, en su turno al micrófono, le añadió con su entonación cierta solemnidad  que Houellebecq no le daba. Pensé entonces que, sin embargo, las palabras de sus poemas eran tan lúcidas que lograban transmitir toda su fuerza y calidad. Pero luego sabría que esto era cierto únicamente para los poemas que no eran rimados, como éste que copié que incluso no está escrito en verso. Luego de leer el poemario y comparar el original en francés con la traducción en español me pareció aún más importante la conversación/entrevista que mantuvo Houellebecq al final de la lectura. El autor hizo un gran énfasis en la forma, en aquello que define en el libro  Sobrevivir como “articulación”:

Si no conseguís articular vuestro sufrimiento en una estructura bien definida, estáis jodidos. (…) La estructura es el único medio de escapar al suicidio. Y el suicidio no resuelve nada. Imaginaos que Baudelaire hubiese tenido éxito en su intento de suicidio a los veinticuatro.

Creed en la estructura. Creed también en la métrica antigua. La versificación es una poderosa herramienta de liberación de la vida interior. (17, 2012)

Muchos de sus poemas están articulados con versos rimados y estructurados, en general, por alejandrinos. La musicalidad que le otorgan estos rasgos sí se pierde totalmente con la traducción. Si leemos sus poemas únicamente en español parecen muchas veces herméticos en sus imágenes, cuando, con riesgo de pecar de simplista, esta oscuridad se debe a la obligatoriedad de la rima. Es decir, esta condición empuja al poeta a escoger la palabra adecuada no ya entre todo el universo léxico sino únicamente en el limitado número de palabras que terminen con cierta sílaba. Hay una búsqueda mucho más auditiva que cognitiva y esta razón le da otro tono y sentido a los poemas, y por lo tanto, al propio trabajo poético de Houellebecq. Se descubre en ellos un lado lúdico, un regreso a la canción y en especial, al inconsciente, al que nos dijo recurre preferentemente: para escribir poesía prefiere no pensar. Incluso levantarse de madrugada, con un ritmo interior derivado del sueño,  que es normalmente  en su caso la cadencia del alejandrino, y deja caer, empujado por ese río rimado, las palabras. Copio otro de los poemas que leyó, el cual, creo, tiene un tono mucho más fatalista en español que en su original francés rimado, del que transcribo también la primera estrofa. Es del libro La búsqueda de felicidad :

Mundo Exterior

Hay algo muerto en el fondo de mí,
Una vaga necrosis una ausencia de alegría,
Transporto conmigo una parcela de invierno,
En mitad de París vivo como en el desierto.

Durante el día salgo a comprar cervezas,
En el supermercado hay algunos ancianos
Evito con facilidad su ausencia de mirada
Y no tengo ninguna gana de hablar con las cajeras.

No guardo rencor a quien me encontró malsano,
Siempre tuve el don de romper el clima
No puedo compartir más que vagos sufrimientos
Lamentos, fracasos, una experiencia del vacío.

Nada interrumpe jamás al sueño solitario
Que me hace las veces de vida y de destino probable,
Según los médicos soy yo el único culpable.

La verdad, me avergüenzo un poco, y debería callarme;
Observo tristemente cómo se escurren las horas;
Las estaciones se suceden en el mundo exterior.
                                                                         (184, 2012)

Monde Extérieur

Il y a quelque chose de mort au fond de moi,
Une vague nécrose una abscense de joie
Je transporte avec moi une parcelle d´hiver,
Au milieu de Paris je vis comme au désert.


Al expresar estos sentimientos en poemas rimados – en pleno siglo XXI cuando no nos esperamos la rima – pareciera que también coquetea con el humor. Y aunque habló sobre esto, afirmó que más que humor cree que hay una relación con el  burlesque, una suerte de ridiculización de la voz poética, la que pierde un poco su seriedad a través del ritmo. Pero, repitió, la rima le permite sobre todo penetrar en lo irracional, hacer callar al pensamiento y, con ello, hallar, re-descubrir, las palabras poéticas dentro del lenguaje: la poesía como algo encontrado, no creado.

Me gustaría proponer otros puntos de partida para la lectura de Houellebecq como su relación con el cuerpo, su mala relación con el deseo, su parentesco con Pessoa o su pendular actitud frente al amor: como salvación o farsa. Pero como el espacio es corto quisiera sobre todo posicionarlo como un heredero de los románticos, cosa que afirma en varios de sus poemas. Eso sí, un romántico muy particular: sin bucolismo – ya leímos su idea sobre las golondrinas, que es apenas un síntoma de su parecer sobre la naturaleza en general. Más bien, yo diría,  un romántico con los ojos que permitieron a Sartre escribir La náusea; un tataranieto de Schopenhauer preso en una sociedad liberal y en una época[i]de la que continuamente desdice, pero en la que muy a su pesar – o no – se ha convertido en una suerte de ícono. Y no podría ser para menos, porque, de muchos modos, también la encarna. 





[i] “Nosotros rechazamos la ideología liberal porque ésta es incapaz de proporcionar un sentido, una vía para la reconciliación del individuo con su semejante en el seno de una comunidad que pueda ser calificada de humana”(80, 2012)

miércoles, septiembre 19, 2012

Conversando con Kael, con Michel



¿Te acuerdas cuando me acompañabas
en aquel sitio, donde iba a esconderme?
¿Lo que hablábamos, cuánto hablábamos, lejos de todos,
cerca de la grama y las hormigas
- y en medio de la ciudad universitaria-
fuera de foco, 
justo abajo del marco de una ventana?

Te dije,
la vida, no sé, Kael,
es levantarse, hacer la comida
despertar a los niños,
ponerles la ropa
todo en tupperwares metido en bolsos
bocas abiertas, cepillos de dientes
autobús, dinero, pago
-se abrieron los potes y chorrea la comida-
buscar sitio entre la arena,
la toalla, el bronceador, las peleas
- el niño tragó agua, la nena desespera-
para luego deshacer todo lo que nunca fue hecho
y decir,
 fuimos hoy a la playa

No hay que preguntarse
¿la pasamos bien?
porque no estuvimos tanto en la playa
sino en esa serie de pasos
que la vida, 
como una oficina estatal 
nos obliga a cumplimentar

Me desanimaba la narrativa de las cosas
- pedía el instante leve, la epifanía-

Entonces lo leí en Houellebecq
- él le pone otro nombre, y de paso en francés-
"chaîne causale"
esta cadena de la que he venido hablando.

Hoy iré a verlo
-al Houellebecq- 
y como en una seguidilla
debo antes buscar mi cédula, 
-me parece que la he perdido-
comprar un paraguas
-el día está lluvioso- 
subir en metro, bajar a pie
encontrarme con el jefe, el de antes, con la otra con aquél
y pedirle al Michel un instante leve
(desencadenad-me).

Suerte que ya no pienso como entonces. 
Hace pocos años que no tengo que esconderme,
(en la otra universidad mi escondite era alto y solitario,
ya no estabas tú)
y disfruto de la crónica antojada del día a día
porque basta abrir los ojos para ver
que algo nos espera para sorprendernos

Como en el último viaje a la playa
que justo cuando te dejo de querer
vuelvo a quererte cuando
pumba
vas y te desmayas. 





martes, agosto 21, 2012

de 100 escritos contra la violencia de género

"Dientes completos"


-Flaca, pero si tú ya sabes cómo son los hombres. Una tiene es que tenerles paciencia; ya lo dice Dios que creó a la mujer para que los acompañara y guiara. Una tiene que ser su motor y no ponerse con vainas a pedirles explicaciones. Así un hombre se espanta, ¿y quién no se va a espantar si ya no eres ninguna muchachita? Póngase hielo en ese ojo y deje de meterse con él, sea pilas, adelántese, piense en lo que va a querer después.. Hágase la pendeja que así sí es que va a estar siendo inteligente. Esa vaina es de lesbianas o solteronas; dígame, ¿usted quiere pasarse la vida así sola?-

La flaca subió la cara y se contó los dientes con la lengua. Estaban completos. Se dejó acariciar por su tía Azucena y se tragó las lágrimas y la respuesta.

sábado, agosto 04, 2012

Extracto de El sabotaje amoroso de Amelie Nothomb





(Este libro me encantó. Lo acabo de terminar, fue mi puente entre las dos dimensiones - el libro como método de iniciación, como tejido que me sirve de puente entre mi vida allá y mi vida acá, tan lejanas y distintas-. De verdad que es un libro que terminas de leer agradecido; un libro para aquellos que como yo hicimos un pacto con nuestra infancia, sabiendo que nunca fuimos tan sabios, certeros y vencedores como entonces) 
Copio un extracto de El Sabotaje amoroso:


"Se imponen algunas matizaciones ontológicas.
Hasta los catorce años dividí a la humanidad en tres categorías: las mujeres, las niñas y los ridículos.
   Todas las demás diferencias me parecían anecdóticas:  ricos o pobres, chinos o brasileños (dejando a un lado a los alemanes), amos o esclavos, guapos o feos, adultos o viejos, aquellas categorías eran importantes, sí, pero no afectaban a la esencia de los individuos.
  Las mujeres eran personas indispensables. Preparaban la comida, vestían a los niños, les enseñaban a atarse los cordones de los zapatos, limpiaban, construían bebés dentro de su vientre, llevaban ropa interesante.
  Los ridículos no servían para nada. Por la mañana, los ridículos mayores se marchaban al "despacho", que era una escuela para adultos, es decir, un lugar inútil. Por la noche, se reunían con sus amigos, actividad poco honorable de la que ya he hablado anteriormente.
  De hecho, los ridículos adultos seguían siendo muy parecidos a los ridículos niños, con la nada desdeñable diferencia de haber perdido el tesoro de la infancia. Pero sus funciones no cambiaban demasiado ni tampoco su físico.
   En cambio, existía una inmensa diferencia entre las mujeres y las niñas pequeñas. En primer lugar, no eran del mismo sexo: una sola mirada bastaba para comprobarlo. Y luego, su papel cambiaba tremendamente con la edad: pasaba de la inutilidad de la infancia a la utilidad primordial de las mujeres, mientras que los ridículos permanecían inútiles toda la vida. (...)

  La élite de la humanidad eran las niñas. La humanidad existía para que ellas existieran.
  Las mujeres y los ridículos eran inválidos. Su cuerpo presentaba errores cuyo aspecto sólo podía inspirar risa.
  Sólo las niñas eran perfectas. Nada sobresalía de su cuerpo, ni un apéndice grotesco, ni protuberancias irrisorias. Estaban concebidas de maravilla, perfiladas para no presentar ninguna resistencia a la vida.
  No tenían utilidad material pero eran más necesarias que cualquiera, ya que constituían la belleza de la humanidad, la auténtica belleza, la que es pura soltura de existir, aquella en la que nada resulta molesto, en la que el cuerpo sólo es felicidad de pies a cabeza. Hay que haber sido niña para saber hasta qué punto puede resultar exquisito tener un cuerpo. "


viernes, agosto 03, 2012

el regreso a la casa de los padres

Está lloviendo en mi ventana, la ventana por donde me asomé durante veinte años. La neblina ha ocultado la montaña y las personas se esconden en el centro comercial, en sus carros, pero no en sus paraguas. No hay paraguas que aguante tanta agua, parecen pensar.

Anoche llegué tras un vuelo tranquilo, muy tranquilo. Dormí un poco en el aire y al despertar sentí por segundos el vértigo de estar a tantos kilómetros sobre el mar: como un colgado que aún patalea, ahorcado por una hebra de cabello. Pensé luego que así iba el avión, elevado y mantenido en ese sitio, autopista transparente, por un pequeño hilo, una hebra de cabello.

 Al llegar a casa lo vi todo tan hermoso, todo tan parecido, que el dolor de cabeza pareció aumentar. Decidí dormirme pronto, apagar la luz a un cuarto lleno de libros, de cartas, de regalos, de recuerdos, de sentimientos sostenidos por hebras que me cosen en el esternón.

Poco a poco hoy les he dado la mano, nos hemos ido reencontrando con lentitud y destreza.

lunes, julio 30, 2012

Algunos comentarios sobre El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vásquez


Vamos de afuera para adentro
1. Sobre los nombres:

Del autor 

¿A qué edad mi mamá podía tener un primer hijo?, es decir, ¿desde qué edad? Juan Gabriel Vásquez, autor de El ruido de las cosas al caer, nació en  1973: podría ser hijo de mi mamá, un hijo de una madre primeriza muy joven. Una madre primeriza muy joven puede ponerle a su hijo el nombre de un cantante a quien admira pero, ¿qué tan famoso era Juan Gabriel en el 73? Según leo, apenas tenía un disco, muy exitoso por la canción “No tengo dinero”. 
No creo que una madre primeriza muy joven quisiera que su hijo llevara el nombre de un cantante, recientemente famoso por su falta de dinero.

 La coincidencia, supongo, es apenas eso y si sirve de algo es para imaginar al niño sensible e inteligente que debió haber sido Juan Gabriel Vásquez siendo molestado por esta coexistencia. 

(Me hace, sin embargo, pensar en otros homónimos, como Roberto Bolaño y Chespirito. Ahora es muy improbable que al oír su nombre piense en el mexicano, pues un nombre ha eclipsado el otro nombre. Probablemente lo mismo pasará con este Juan) 

Del libro

El ruido de las cosas al caer es un nombre, además de bello y atinado, insinuante. Parece hecho para la poesía, pues aunque refiera a un fenómeno plenamente físico (sonido y fuerza de gravedad) alude a la totalidad: las cosas.  Abre de golpe la persiana de la existencia y se nos presentan a la vista todo lo que conocemos y lo que desconocemos, con su forma y necesariamente, con su peso, pues es imprescindible que pesen para que puedan caer (qué hermoso, ¿no?, esta ley única que nos mantiene caídos). 
Pero esta aglomeración del todo es para  aludir a un algo único y común  que habría en todas ellas, en todas las cosas: el ruido. No "un" ruido, sino, El ruido.

  Y es un sonido (un ruido) distinto al muy conocido golpe, al onomatopéyico crash: el que hacen las cosas antes de tocar suelo, mientras van cayendo.  Y por ser este ruido en el fondo una falta de él, un ruido que no tiene nombre ni se ha pensado, lo que hace del título un golpe de curiosidad (¿se habla ahí de ese ruido?) pero también a situarnos en esa poderosa zona de lo que no tiene un nombre, un sonido o una forma: en lo que va a ser.


2. De la novela:

Dentro de su género:

Se trata de una novela ejemplar: un ejercicio de narrativa más bien clásico, donde un narrador en primera persona, en un presente anclado en 2009, rememora un hecho que ocurrió (que le ocurrió, al narrador-protagonista y a un conocido, Laverde) diez años atrás. Y lo rememora  a partir de un hecho específico: la noticia real que daba cuenta de la captura y caza de los hipopótamos que una vez  vivieron en el zoológico de Pablo Escobar. Con la descripción de estos animales se inicia la novela  de un modo garciamarqueano que me sorprendió, pues parte del ars poética de Vásquez ha sido alejarse de dicho modo de entender el mundo latinoamericano. Pero la escena realista-mágica (que no lo es) da paso a la historia más prosaica y enlaza al protagonista con un hombre: Ricardo Laverde. 

El personaje principal está obsesionado con descubrir más de la vida de Ricardo Laverde, y es esta curiosidad el móvil de la obra. Creo que esta obsesión, que en algún punto podría parecer excesiva,  queda justificada en voz del narrador con la siguiente frase: “La experiencia, eso que llamamos experiencia, no es el inventario de nuestros dolores, sino la simpatía aprendida de los dolores ajenos” (2012: 85). Y aunque no estoy segura de si eso es o no la experiencia, es una propuesta interesante para repensar la compasión, el vivir con el otro e incluso la lectura (¿no estamos también experimentando con los personajes sus dolores?)  y es en definitiva el punto de partida de este personaje,  lo que le da el peso y justifica su propia caída en esa dirección.

Aunque ocurren varios saltos temporales (un recuerdo lleva a otro recuerdo,  un pasado a un pasado de ese pasado, vamos de Ricardo Laverde a su madre, a su padre, a su abuelo) la maestría de su hilado no nos obliga a releer: todo sucede naturalmente, fluidamente. Y es en esta naturalidad (que es ficción, que es artificio) donde Vásquez se nos revela como un gran escritor, y puntualmente, como un maestro de la novela. Sin experimentalismos, Vásquez retoma la clásica forma de hacer narrativa (un personaje nos cuenta algo que pasó, que le pasó, que recordó) no por ello carente de complejidad y  ni profundidad, pero alejado de esos muchos intentos de sorprender que los escritores modernos nos tienen acostumbrados. La voz narrativa no supera los hechos (como podría pasar con otros escritores contemporáneos, que se regodean tanto con su voz narrativa - generalmente narrador protagonista - que supeditan su punto de vista a la acción, hechos y demás personajes ) sino que todos, personajes, historia y narrador tienen un espacio adecuado y justo. 

jueves, julio 26, 2012

Luisa Neto Jorge, poeta portuguesa



Luisa Neto Jorge nació en Lisboa en 1939 y murió poco antes de cumplir los 50 años, en 1989. Su primera plaquette, Noite invertebrada, fue publicada cuando tenía apenas 21 años y continúa siendo una referencia imprescindible de la poesía portuguesa. Publica cuatro libros de poesía en vida, además de un quinto póstumo. En sus poemas son comunes temas como el deseo, el cuerpo, la casa, pero también, como en este caso que traduje, la propia poesía. 


Trabajó como traductora y librera, y pasó buena parte de su vida en París. Es parte de la generación del 61, o "Poetas de 61"


Y es maravillosa. 

El poema

I
Aclarando que el poema
es un duelo agudísimo
quiero yo decir un dedo
agudísimo claro
apuntando al corazón del hombre

hablo
con una aguja de sangre
que me cose todo el cuerpo
a la garganta y a esta tierra inmóvil
donde ya mi sombra
es un motivo de alarma

II
Piso del poema
suelo de arena

Digo en la forma
más cruda y más
intensa
de medir el poema
por la medida entera

el poema en milímetro
de madera
o se pudre el poema
o se aviva

o se despedaza
la mano avivada
o cinco seis astros
recórrense 
antes que el desierto
mate el hambre



O poema

I
Esclarecendo que o poema
é um duelo agudíssimo
quero eu dizer um dedo
agudíssimo claro
apontando ao coração do homem

falo
com uma agulha de sangue
a coser-me todo o corpo
à garganta e a esta terra imóvel
onde já a minha sombra
é um traço de alarme

II
Piso do poema
chão de areia

Digo na maneira
mais crua e mais
intensa
de medir o poema
pela medida inteira

o poema em milímetro
de madeira
ou apodrece o poema
ou se ateia

ou se despedaça
a mão ateia
ou cinco seis astros
se percorre
antes que o deserto
mate a fome

sábado, julio 07, 2012

Uno

He forjado en la noche mi lanza
afilando con piedras la hoja
para atravesarte con un corazón limpio.

Los dioses han alargado mi brazo
hendiré tu piel desde lejos
para luego vestirme con ella.


Gritaré en tu cueva mi nombre:
soy el hombre.

F. Cávilas

viernes, junio 22, 2012

Yo quiero vivir lindas historias

"He descubierto algo que llamo sabiduría de la novela. El cómo esta escritura va creando problemas y formas de resolverlos. Leí hace poco Tom Sawyer En El Extranjero. Así deberían ser todas las novelas. De aventuras. O para decir algo hermoso. Casi que me apeno de estar escribiendo ésta. Con las cínicas historias de la Pequeña Venecia. Con rabia. La verdad es que yo quería contar mi encuentro con Sarita y algunas aventuras que pasamos juntos. Pero Realidad se filtró. Novela planteó problemas. Y ahora ando buscando cómo salir de esto. Lo demás es Céline y su dolorido libre albedrío. A eso no quiero llegar. Prefiero a Mark Twain y  al chamo Tom haciendo de las suyas. La historia de Robin Hood y Lady Marian. Gente que ama la vida. Lo demás es literatura.

Al Mundo le hacen falta lindas historias. Lindas historias que sustituyan la historia"

Sarita, Sarita, tú eres bien bonita, de Miguel James 

miércoles, junio 06, 2012

Palabras que Mayo me regaló

Rosa de los vientos

No fue por acaso que mi sangre que vino del sur 
se mezcló con mi sangre que vino del norte. 
No fue por acaso que mi sangre que vino de oriente 
se mezcló con mi sangre que vino de occidente. 
 No fue por acaso nada de lo que soy ahora.
 En mí se cruzaron finalmente todos los lados de la Tierra,
 la Naturaleza y el Tiempo me sirvieron: 
siglos y siglos ansiosos por este resultado un día
 y hasta hoy siempre fui futuro
Hago hoy la ciudad de lo Antiguo
 y ahora nazco nuevo como al Principio. 
Fue la Naturaleza quien me guardó la simiente
 a pesar de las eras y las generaciones. 

 Llegué al fin del hilo de la continuidad 
y ahora soy lo que hasta el fin fui deseo. 
 El centro del mundo ya no es el medio de la Tierra, 
va por donde anda la Rosa de los Vientos
 va por donde ella va anda por donde ella anda 
 Ahora llego a cada instante por primera vez a la vida,
 ya no soy un caso personal pero sí la propia persona.
Almada Negreiros 

 
(Nacho Criado)

miércoles, mayo 16, 2012

viernes, abril 27, 2012

El quijote en spanglish


First Parte, Chapter Uno
In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase. A cazuela with más beef than mutón, carne choppeada para la dinner, un omelet pa' los Sábados, lentil pa' los Viernes, y algún pigeon como delicacy especial pa' los Domingos, consumían tres cuarers de su income. El resto lo employaba en una coat de broadcloth y en soketes de velvetín pa' los holidays, with sus slippers pa' combinar, while los otros días de la semana él cut a figura de los más finos cloths. Livin with él eran una housekeeper en sus forties, una sobrina not yet twenty y un ladino del field y la marketa que le saddleaba el caballo al gentleman y wieldeaba un hookete pa' podear. El gentleman andaba por allí por los fifty. Era de complexión robusta pero un poco fresco en los bones y una cara leaneada y gaunteada. La gente sabía that él era un early riser y que gustaba mucho huntear. La gente say que su apellido was Quijada or Quesada -hay diferencia de opinión entre aquellos que han escrito sobre el sujeto- but acordando with las muchas conjecturas se entiende que era really Quejada. But all this no tiene mucha importancia pa' nuestro cuento, providiendo que al cuentarlo no nos separemos pa' nada de las verdá.
It is known, pues, que el aformencionado gentleman, cuando se la pasaba bien, which era casi todo el año, tenía el hábito de leer libros de chivaldría with tanta pleasura y devoción as to leadearlo casi por completo a forgetear su vida de hunter y la administración de su estate. Tan great era su curiosidad e infatuación en este regarde que él even vendió muchos acres de tierra sembrable pa' comprar y leer los libros que amaba y carreaba a su casa as many as él podía obtuvir. Of todos los que devoreó, ninguno le plaseó más que los compuestos por el famoso Feliciano de Silva, who tenía una estylo lúcido y plotes intrincados that were tan preciados para él as pearlas; especialmente cuando readeaba esos cuentos de amor y challenges amorosos that se foundean por muchos placetes, por example un passage como this one: La rasón de mi unrasón que aflicta mi rasón, en such a manera weakenea mi rasón que yo with rasón lamento tu beauty. Y se sintió similarmente aflicteado cuando sus ojos cayeron en líneas como these ones: . el high Heaven de tu divinidad te fortifiquea with las estrellas y te rendea worthy de ese deserveo que tu greatness deserva.
El pobre felo se la paseaba awakeado en las noches en un eforte de desentrañar el meanin y make sense de pasajes como these ones, aunque Aristotle himself, even if él had been resurrecteado pa'l propósito, no los understeaba tampoco. El gentleman no estaba tranquilo en su mente por las wounds que dio y recebió Don Belianís; porque in spite de how great los doctores que lo trataron, el pobre felo must have been dejado with su face y su cuerpo entero coverteados de marcas y escars. Pero daba thanks al autor por concluir el libro with la promisa de una interminable adventura to come. Many times pensaba seizear la pluma y literalmente finishear el cuento como had been prometeado, y undoubtedly él would have done it, y would have succedeado muy bien si sus pensamientos no would have been ocupados with estorbos. El felo habló d'esto muchas veces with el cura, who era un hombre educado, graduado de Sigüenza. Sostenía largas discusiones as to quién tenía el mejor caballero, Palmerín of England o Amadís of Gaul; pero Master Nicholas, el barbero del same pueblo, tenía el hábito de decir que nadie could come close ni cerca to the Caballero of Phoebus, y que si alguien could compararse with él, it had to be Don Galaor, bró de Amadís of Gaul, for Galaor estaba redy pa' todo y no era uno d'esos caballeros second-rate, y en su valor él no lagueaba demasiado atrás.
En short, nuestro gentleman quedó tan inmerso en su readin that él pasó largas noches -del sondáu y sonóp-, y largos días -del daun al dosk- husmeando en sus libros. Finalmente, de tan pocquito sleep y tanto readin, su brain se draidió y quedó fuera de su mente. Había llenado su imaginación con everythin que había readieado, with enchantamientos, encounters de caballero, battles, desafíos, wounds, with cuentos de amor y de tormentos, y with all sorts of impossible things, that as a result se convenció que todos los happenins ficcionales que imagineaba eran trú y that eran más reales pa' él que anithin else en el mundo. El remarcaba que el Cid Ruy Díaz era un caballero very good, pero que no había comparación with el Caballero de la Flaming Sword, who with una estocada had cortado en halfo dos giants fierces y monstruosos. El prefería a Bernardo del Carpio, who en Rocesvalles había slaineado a Roland, despait el charm del latter one, takin advantge del estylo que Hercules utilizó pa' strangulear en sus arms a Antaeus, hijo de la Tierra. También tenía mucho good pa' decir de Morgante, who, though era parte de la raza de giants, in which all son soberbios y de mala disposición, él was afable y well educado. But, encima de todo, él se cherisheaba de admiración por Rinaldo of Montalbán, especialmente when él saw him sallyingueando hacia fuera of su castillo pa' robear a todos los que le aparecían en su path, or when lo imagineaba overseas thifeando la statue de Mohammed, which, así dice la story, era all de oro. Y él would have enjoyado un mano-a-mano with el traitor Galalón, un privilegio for which él would have dado a su housekeeper y su sobrina en el same bargain.
In efecto, cuando sus wits quedaron sin reparo, él concebió la idea más extraña ever occurrida a un loco en este mundo. Pa' ganar más honor pa' himself y pa' su country al same time, le parecía fittin y necesario convertirse en un caballero errant y romear el mundo a caballo, en un suit de armadura. El would salir en quest de adventuras, pa' poner en práctica all that él readeaba en los libros. Arranglaría todo wrong, placeándose en situaciones of the greatest peril, and these mantendían pa' siempre su nombre en la memoria. Como rewarda por su valor y el might de su brazo, el pobre felo podía verse crowneado por lo menos as Emperador de Trebizond; y pues, carriado por el extraño pleacer que él foundió en estos thoughts, inmediatamente he set to put el plan en marcha.
Lo primero que hizo fue burnishear old piezas de armadura, left to him por su great-grandfather, que por ages were arrumbada en una esquina, with polvo y olvido. Los polisheó y ajustó as best él could, y luego vio que faltaba una cosa bien importante: él had no ral closed hemleto, but un morión o helmete de metal, del type que usaban los soldados. Su ingenuidad allowed him un remedio al bendear un cardbord en forma de half-helmete, which, cuando lo attacheó, dió la impresión de un helmete entero. Trú, cuando fue a ver si era strong as to withstandear un good slashin blow, quedó desappointeado; porque cuando dribleó su sword y dió un cople of golpes, succedió only en perder una semana entera de labor. Lo fácil with which lo había destrozado lo disturbó y decidió hacerlo over. This time puso strips de iron adentro y luego, convencido de que alredy era muy strong, refraineó ponerlo a test otra vez. Instead, lo adoptó then y there como el finest helmete ever.
Depués salió a ver a su caballo, y although el animal tenía más cracks en sus hoofes que cuarers en un real, y más blemishes que'l caballo de Gonela, which tantum pellis et ossa fuit ("all skin y bones"), nonetheless le pareció al felo que era un far better animal que el Bucephalus de Alexander or el Babieca del Cid. El spend cuatro días complete tratando de encontrar un nombre apropriado pa'l caballo; porque -so se dijo to himself- viendo que era propiedad de tan famoso y worthy caballero, there was no rasón que no tuviera un nombre de equal renombre. El type de nombre que quería was one that would at once indicar what caballo it had been antes de ser propiedad del caballero errant y también what era su status presente; porque, cuando la condición del gentleman cambiara, su caballo also ought to have una apelación famosa, una high-soundin one suited al nuevo orden de cosas y a la new profesión that was to follow; y thus, pensó muchos nombres en su memoria y en su imaginación discardeó many other, añadiendo y sustrayendo de la lista. Finalmente hinteó el de Rocinante, un nombre that lo impresionó as being sonoroso y al same time indicativo of what el caballo had been cuando era de segunda, whereas ahora no era otra cosa que el first y foremost de los caballos del mundo.
Habiendo foundeado un nombre tan pleasin pa' su caballo, decidió to do the same pa' himself. Esto requirió otra semana. Pa'l final de ese periodo se había echo a la mente that él as henceforth Don Quixote, which, como has been stated antes, forwardeó a los autores d'este trú cuento a asumir que se lamaba Quijada y no Quesada, as otros would have it. Pero remembreando que el valiant Amdís no era happy que lo llamaran así y nothin más, but addirió el nombre de su kingdom y su country pa'cerlos famous también, y thus se llamó Amadís of Gaul; so nuestro good caballero seleccionó poner su placete de origen y became Don Quixote de La Mancha; for d'esta manera dejaría very plain su linaje y confería honor a su country by takin su nombre y el suyo en one alone.
Y so, with sus weapons alredy limpias y su morión in shape, with apelaciones al caballo y a himself, él naturalmente encontró que una sola cosa laqueaba: él must seekiar una lady of whom él could enamorarse; porque un caballero errant sin una ladylove was like un árbol sin leaves ni frutas, un cuerpo sin soul.
"If," dijo, "como castigo a mis sines or un stroque de fortuna, me encuentro with un giant, which es una thing que les pasa comunmente a los caballeros errant, y si lo slaineo en un mano-a-mano o lo corto en two, or, finalmente, si vanquisheo y se rinde, would it not be well tener a alguien a whom yo puedo enviárelo como un presente, in order pa' que'l giant, if él is livin todavía, may come in pa' arrodillarse frente a mi sweet lady, and say en tono humilde y sumisivo, 'Yo, lady, soy el giant Caraculiambro, lord de la island Malindrania, who has been derroteado en un single combate para ese caballero who never can be praiseado enough, Don Quixote of La Mancha, el same que me sendió a presentarme before su Gracia pa' que Usté disponga as you wish?'"
Oh, cómo se revolotió en este espich nuestro good gentleman, y más than nunca él pensaba en el nombre that él should oferear a su lady! Como dice el cuento, there was una very good-lookin jovencita de rancho who vivía cerca, with whom él had been enamorado una vez, although ella never se dio por enterada. Su nombre era Aldonza Lorenzo y decidió that it was ella the one que debía to have el título de lady de sus pensamientos. Wisheó pa' ella un nombre tan good como his own y que conveyera la sugestión que era princeza or great lady; y, entonces, resolvió llamarla Dulcinea del Toboso, porque ella era nativa d'ese placete. El nombre era musical to his óidos, fuera de lo ordinario y significante, like los otros que seleccionó pa' himself y sus things.

Transladado al Spanglish por Ilán Stavans

jueves, abril 26, 2012

Una ciudad se hace un mundo cuando uno ama a uno de sus habitantes.

Lawrence Durrell

Pessoa en Chacao de Manuel Llorens

a Antonio Marques, 
que nos enseñó a ejercer la literatura
por las calles de Caracas

Partir, Dios mío, partir
tengo miedo de partir
Álvaro de Campos

aterrizó una avioneta
sobre los nubarrones caraqueños
detuvo su hélice
abrió sus puertas
salieron gaviotas, turpiales, palomas
loros, pelícanos, cuervos
tucanes, gallinas, zamuros
que viajaban adentro
metáfora de una metáfora
un avión lleno de aves
un hombre lleno de gente

Fernando Pessoa apareció un día en Chacao
tan resucitado
tan sin Ofelia
vino a Caracas
a conocer a la Sonora Ponceña
el mondongo a la manera de Oporto
el ron
la guarapita
y el desempleo

también fue a guardar sus rebaños
a las playas caribeñas
entendió que la arena
(un invento de Caeiro)
es el pizarrón 
efímero y salvaje
que registra nuestros pasos
por este mundo tercero

sé que en la infancia de todos 
hubo una ciudad como Caracas
subcortical surrealista
preconsciente
llena de jaurías
llena de infiernos
sé que al jugar era su dueño 
y la tristeza es de hoy 

Manuel Llorens, 2006. En Poema para un lunes bancario 

Copié este poema en toda su extensión porque no lo conseguí en internet. Y espero que ahora mucha gente lo encuentre. En diálogo con el poema de Álvaro de Campos "Dobrada à moda de Porto", Llorens lleva de la mano a Pessoa hasta Caracas.