jueves, julio 15, 2010


Hay algo en los ojos de la amada que está quieto, detenido, a la espera. De esta espera se desprende un brillo, un resplandor que no deja ver bien. Cuando la amada abre los ojos, los ahueca, como quien con la mano recoge el agua de una fuente, y retiene en ellos la mirada que protege a todo su pasado. Quien la ama sabe que de esa región estará siempre ausente. Que no ha sido invitado, ni lo será.
De ese espacio es, precisamente, de lo que se ha enamorado.
a. b.

miércoles, julio 14, 2010

Lorca sangre

¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra

jueves, julio 08, 2010

y nuestros ojos esperan

mujer con ojos de espera. mujer que parece ya no esperar nada, apoyada en su brazo.

suyo es ese hueco que le desangra el hombro y la oreja. ni siquiera lo son el hombro ni la oreja. solo el muro que le dobla el pecho.