sábado, mayo 26, 2018

El feminismo no es un movimiento que ataca, es un movimiento que defiende.

El feminismo pone a la luz muchas injusticias que buscaban pasar desapercibidas. Los injustos se ven amenazados, los que se han beneficiado de la injusticia, se ven amenazados.

El feminismo invita a los hombres a vivir entre seres humanos iguales. A crecer en esa igualdad.

El feminismo hace a los hombres mejores personas. Los enfrenta con complejidades morales que las mujeres se han visto enfrentadas desde pequeñas y que, en la mayoría de los casos, les hizo crecer moralmente para resistir la injusticia y ser de todos modos justas, compasivas y amorosas.

No hay posturas ni discursos dentro del feminismo que se comparen a los ataques terroristas de los Incel o a los secuestros de niñas y mujeres de boko-haram. El feminismo, dije, no es un movimiento que ataca, es un movimiento que defiende. El que se sienta atacado, probablemente, teme a su víctima, teme no poder seguir teniendo, impunemente, víctimas.

El feminismo se identifica con la tierra oprimida por el dios de la razón inmaterial. Se identifica con los animales, con todo aquello que sistemáticamente, como parte del mismo saco de lo "femenino. lo oscuro. lo irracional. lo sensible. lo que sostiene", ha sido durante siglos explotado, dominado, arrinconado, clasificado, exterminado, temido.

explotadas, dominadas, arrinconadas, clasificadas, exterminadas, temidas.

Todo lo que el feminismo defiende se prolonga al interior de nuestras almas. El feminismo rescata al anima que es aniquilada fuera para sepultarla dentro. El ánima de los hombres y de las mujeres, encarnada para la razón dual en las mujeres y la tierra, vuelve a tener espacio, a ser fértil. El feminismo hace a los hombres seres compuestos, les permite sentir lo que sienten, sentir lo que podrían sentir y lo que sentían antes de que llevara palo lo vulnerable.





domingo, mayo 20, 2018

Lustrar, purificar.

Vamos a lustrar el río, tralalá.