viernes, marzo 22, 2019

de Última Ciencia - Herberto Helder

Não cortem o cordão que liga o corpo à criança do sonho,
o cordão astral à criança aldebarã, não cortem
o sangue, o ouro. A raiz da floração
coalhada com o laço
no centro das madeiras
negras. A criança do retrato
revelada lenta às luzes de quando
se dorme. Como já pensa, como tem unhas de mármore.
Não talhem a placenta por onde o fôlego
do mundo lhe ascende à cabeça. 
A veia que a liga à morte.
Não lhe arranquem o bloco de água abraçada aonde chega
braço a braço. Sufoca.
Mas não desatem o abraço louco.
 Move a terra quando se move.
Não limpem o sal na boca. Esse objecto asteróide,
não o removam.
A árvore de alabastro que as ribeiras
frisam, deixem-na rasgar-se:
- Das entranhas, entre duas crianças, a que era viva
e a criança do sopro, suba
tanta opulência. O trabalho confuso:
que seja brilhante a púrpura.
Fieiras de enxofre, ramais de quartzo, flúor agreste nas bolsas
pulmonares. Deixem que se espalhem as redes
da respiração desde o caos materno ao sonho da criança
exacerbada,
única.

Herberto Hélder

No corten el cordón que une el cuerpo a la criatura del sueño,
el cordón astral a la criatura aldebarán, no corten
la sangre, el oro. La raíz de la floración
cuajada con la cuerda
en el centro de las maderas
negras. La criatura del retrato
revelada lenta bajo las luces de cuando
se duerme. Como ya piensa, como tiene uñas de mármol.
No corten la placenta por donde el aliento
del mundo le asciende a la cabeza. 
La vena que la une a la muerte.
No le arranquen  el bloque de agua abrazada adonde llega
brazo a brazo. Sofoca.
Pero no desaten el abrazo loco. 
Mueve la tierra cuando se mueve.
No limpien la sal en la boca. Ese objeto asteroide,
no lo remuevan.
El árbol de alabastro que las riberas
rozan, déjenla rasgarse: 
- De las entrañas, entre dos criaturas, la que estaba viva
y la criatura del soplo, suba
tanta opulencia. El trabajo confuso:
que sea brillante el púrpura.
Hileras de azufre, ramales de cuarto, flúor agreste en las bolsas
pulmonares. Dejen que se extiendan las redes
de la respiración desde el caos materno al sueño de la criatura
exacerbada,
única.