miércoles, enero 02, 2013

Teoría y práctica de la eternidad, de Rosa Alice Branco



Será difícil aceptar tus ojos errantes
posados en la sabiduría de su cuerpo
y tus manos paradas como si reposasen 
de un día de trabajo. Pero observa bien al labrador, 
míralo caminando por las estaciones de nuestras vidas
y después cava así tu propio corazón, 
remueve las piedras, las raíces muertas, 
las pequeñas hierbas que no lo dejan medrar.
Que respire ahora la tierra revuelta
para recibir la semilla que posarás en el fondo.
Y que venga el invierno. En el frío de tus huesos
siéntela estremecerse, deja que cante el dolor
y cuando reviente y llene el pecho
verás cerca de ella las manos de la tierra,
los corazones ansiosos de la tierra fértil,
y sabrás que tu trabajo nunca tendrá fin.