lunes, septiembre 29, 2014

Entrevista completa para Qué leer


¿Qué día nació y en que parte de Venezuela?
Nací el 22 de junio de 1983 en Caracas.

¿Qué razón lo motiva a escribir?
Más que una razón es una especie de impulso, pulsión o necesidad de ordenar y reposar las cosas en un lugar dentro de mí. Las experiencias en la vida pueden ser vertiginosas y, al escribir, el tiempo de lo vivido se despliega en mi interior de un modo más comprensible. Más comprensible para mí, al menos.

¿Para usted “escribir “es una profesión o un hobby?
No es mi profesión, pero creo que hobby tampoco es la palabra adecuada porque no siempre es placentero ni entretenido. Y no hablo del tema del texto en sí, sino del hecho de escribir. 

 ¿Qué es lo más difícil de ser escritor?
No huir, no temer, no ser cobarde ante lo escrito aunque parezca nimio, pobre, imperfecto. Traspasar ese miedo, esforzarse y confiar en la vida de las palabras y no interponer el ego,  pues el ego pide que todo sea perfecto.

 ¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?
Bueno, nada me lo ha hecho saber aún porque, aunque dedico tiempo a ello, no vivo de escribir. Si el impulso sigue, seguiré.

 ¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?
Me ayuda mucho leer y tomar apuntes de otros textos que me inviten a entrar en las palabras. También traducir. Prefiero escribir de noche, cuando todos duermen.

 ¿Tiene alguna musa de inspiración?
Tengo musos, experiencias y sentimientos que me mueven a escribirles. Luego admiro a muchos escritores, músicos, pintores, pero también a Josetxo, por ejemplo, un mesonero vasco que cada noche terminaba la jornada en el restaurante diciendo “mañana más y mejor”. Las personas que se arriesgan a vivir en presente, entregados, me inspiran mucho. Mi mamá cuidando de la casa y de mi papá como si todo hubiera empezado ayer. Hay muchas fuentes de inspiración latiendo por todas partes.

¿Cuál o cuáles autores lo inspiraron para escribir?
De niña Rubén Darío fue mi primer acercamiento a la poesía, recitado por mi abuelo Rodrigo (Papapa). Luego muy pronto conocí la poesía de Florbela Espanca, una poeta portuguesa muy intensa y romántica a la que imitaba. Imagino que quise yo también sentir y decir cosas rotundas.   

¿Cuál es su mayor logro literario?
Por ahora, el libro que publiqué. En la universidad le gané en un concurso de poesía a Kael Abello. Me pareció increíble, incluso injusto, pues Kael, además de gran amigo, es un gran escritor.

 ¿Cuál es su peor error literario?
No lo sé. Tengo y tendré muchos, pero los errores son necesarios también.

 ¿De sus obras cuál ha sido la que más ha disfrutado escribir?
Disfruté mucho escribiendo el poema “Ars Pirotécnica”, que hice prácticamente de un tirón, aunque claro, luego lo he ido corrigiendo. Acababa de llegar a Portugal y sentí que ese poema nacía en mí como una corriente de agua viva para sobrellevar un sitio que me parecía rígido. 

 ¿Qué está escribiendo?
Una novela y poemas.

¿Qué libro le hubiese gustado escribir?
Franny and Zooey, de J.D. Salinger. Y O poema contínuo, de Herberto Helder. En el segundo caso me gustaría más bien tener por dentro al menos un día  la voz que habla en los poemas de Helder. Es como ser arrastrada por lava volcánica en el fondo del mar de Islandia.

¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?
Existe el temor al temor.

¿De no ser escritor qué le hubiese gustado ser?
De niña me habría gustado mucho cantar bien, pero bien, bien. Cantante de fados.

¿Los premios son importantes para la carrera del escritor?
Son, claro. Te dan a conocer y te dicen además que hay alguien que apreció lo que escribiste, que le dijo algo y que quiere que otros sientan lo mismo.

¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?
Guiones o cualquier cosa en donde el diálogo sea imprescindible.

 ¿Cuál autor venezolano actual recomienda leer?
A Victoria de Stefano, Yolanda Pantin, Rafael Cadenas (supongo que puedo considerarlos actuales). Si preguntan por jóvenes a Jairo Rojas Rojas, Natasha Tiniacos, Miguel Hidalgo Prince, Annabel Petit, Mario Morenza, Hensli Rahn.

¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?
El Principito, la edición que leyó mi papá, de 1972, por ser una herencia y haberlo leído la primera vez en esa copia. Una antología de poemas que me dio mi abuelo Rodrigo por razones similares. Una copia de Historias de cronopios y famas que me regaló Kael, pues está llena de imágenes de Museo de la novela de la Eterna de Macedonio Fernández y de pinturas de Chagall. Hay más, pero no la tengo enfrente para recordar.

¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?
Tengo dos, una aquí en Barcelona y otra en Caracas. No sé cuántos libos tengo, demasiados quizá. Tengo un sistema geográfico: la parte de América por ejemplo comienza con los argentinos y va subiendo por Paraguay, Chile, Uruguay y de ahí hasta llegar a Canadá. Igual con Europa, que comienzo con Portugal. Me divierte ese método que imita a un mapa.

¿Qué libro no pudo terminar de leer?
Muchos.

¿Que está leyendo actualmente?
Elogio del odio de Khaled Khalifa. Muy recomendable, publicado por Lumen.

Recuerda con cuál libro se inició en la lectura
No sé si fue el primero, pero me regalaron alrededor de los 5 años el libro  Margarita de Rubén Darío, en la edición de Ekaré y lo leí tanto que me lo aprendí.

¿Cuál fue el libro qué dejó una huella en ud?
Tantos. Ifigenia de Teresa de la Parra, Enterradme de pie, de Isabel Fonseca, El guardador de rebaños de Alberto Caeiro. Uno así que recuerdo vivamente fue la Señora Dalloway, de Virginia Woolf. Ese que dije antes de Salinger, Los demonios de Dostoyevski. Juventud de Coetzee.

¿Cuál es el mejor lugar para escribir?
Un sitio con una ventana cerca.

Un libro para iniciarse en la lectura
Los cuentos de Massiani son muy bellos, profundos y divertidos.

Un libro para soñar
El alhajadito de Miguel Ángel Asturias.

Un libro para no leer
Creo que todos los libros se pueden, en principio, leer. Luego también se pueden abandonar.

Un libro para leer en el baño
Cualquiera, todos.

Libro de papel o electrónico
Prefiero de papel pero leo también en electrónico. Es a veces más fácil conseguir ciertos títulos y para alguien que cambia mucho de residencia es una bendición.

¿Recomienda hacer talleres y cursos literarios?
Recomiendo leer y tener personas de confianza que lean tus cosas. De confianza pero severos. Si quieres hacer un taller, hazlo, pero no creo que sea imprescindible.

¿Consejos para un principiante en la escritura?
Leer mucho, a los clásicos, a los contemporáneos.

¿Considera que las redes sociales y el boom de la tecnología ayuda para la promoción de la literatura?
Para promocionarla quizá sí, pero la verdad quitan mucho tiempo. A mí me quitan mucho tiempo que quizá en otra época habría usado para leer.  

¿Qué le falta a su obra?
Mucho. Ser una obra, ahora es apenas un libro.

¿Qué tan biográfica termina siendo su obra?
Todas las obras son y no son biográficas. Yo espero que lo que diga no te haga pensar en mí, sino que calce con algo que has sentido, sospechado, intuido. Y entonces sea biográfica, pero de la biografía del lector.

¿Cómo cierra el ciclo de una novela para empezar la otra, los personajes no le siguen merodeando en su cabeza?
No he terminado una novela.

¿La soledad, el amor, el desamor y la muerte son temas recurrentes en las escritores, en su obra se reflejan estos tópicos?

Sí, se reflejan esos temas. 

jueves, septiembre 18, 2014

Cerradura



Dejé de visitar ese espacio.
La huella,
hendidura a fuego horadada,
se mantiene.

He cerrado la puerta y ahí descansas,
hambre y hombre, míos.
Para no recorrer más ese tu camino,
apagué la vela.
Nada ilumina la cueva en donde te llevo.


                                     Ya no me esperes.