martes, abril 10, 2012

La estrella absoluta entró por tu suavidad....ah, Herberto Helder

Éste que llegó a su poema por lo más alto que los poemas tienen
llegó al sitio de acabar con el mundo: no lo quiero
para el arrobo, el error, dije,
lo quiero para la estrella plenaria que hay en algunos sitios de algunos poemas
abruptos, sin autoría.
Estuve allí descubriendo la ríspida manera
de aquello:
plutonio, el abismo.
La luz trabajaba a la rapidez del esplendor.
Los clavos vivos dentro de la cabeza, yo sé.
Vaso hecho en vivo, soplado caliente, dije, yo sé.
El sistema de sonido en lo recóndito del poema para siempre,
poema incólume, de
música y
magnificación.
Donde se queda para el delirio, en la parte
alta, devorada por el oro, la parte inhóspita.
Frecuentado también por lo más simple:
cantidad y frescura, ejemplo:
las frutas embriagan.
Alguien dijo: la estrella absoluta entró por tu suavidad. 
Atraviesa la travesía del hueso - porque eras virgen - y te transmuta. 
Hijo.
La boca doliendo con el vaho y el sorbo.
Quemado donde se cierra la carne, o abierto puede
decirse
como hueco de materia materna.
Áspera alarma arriba:
sacos brillando, sacos de sangre amarrada.

Herberto Helder, en  Herberto Helder Ou O Poema Contínuo 
(la traducción y el subrayado, es mío) 

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