Dejé de visitar ese espacio.
La huella,
hendidura a fuego horadada,
se mantiene.
He cerrado la puerta y ahí descansas,
hambre y hombre, míos.
Para no recorrer más ese tu camino,
apagué la vela.
Nada ilumina la cueva en donde te llevo.
1 comentario:
Precioso.
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