SOBRE AQUELLAS
PALABRAS
Ya toda me entregué y di y de tal suerte he
trocado,
que es mi amado para mí, y yo soy para mi amado.
Cuando el dulce cazador me
tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor mi alma quedó caída.
Y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado
que es mi amado para mí, y yo soy para mi amado.
Hirióme con
una flecha enherbolada de amor,
y mi alma quedo hecha una con su Criador,
Ya no quiero
otro amor pues a mi Dios me he entregado,
y mi amado es para mi, y yo soy para mi amado.