Le quité la piel a mi sombra
y me hice un abrigo con ella
ahora, entre los dos, somos un oso
no hay falta de luz que no nos contenga
Toco mis dientes con su lengua
y bufo entre los huecos de su hocico
(es grande y húmeda mi nariz)
Olisqueo lo que queda en la carroña
en los campamentos de hombres que,
como yo,
huyendo de nadie
como yo,
huyendo de nadie
se han ido
F. Cávilas
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