jueves, julio 13, 2023

para proyecto dioscuros

 Del otro lado de mí, más atrás de donde yazgo, el silencio de la casa toca el infinito. Oigo caer el tiempo, gota a gota, y ninguna gota que cae se oye caer. Me oprime físicamente el corazón físico el recuerdo, reducido a nada, de todo cuanto ha sido o he sido. Siento la cabeza materialmente colocada en la almohada donde la apoyo formando un valle. La piel de la funda tiene para mi piel un contacto humano en la sombra. La propia oreja, sobre la cual me apoyo, se me graba matemáticamente contra el cerebro. Pestañeo de cansancio, y mis pestañas hacen un sonido pequeñísimo, inaudible, en la blancura sensible de la almohada erguida. Respiro, suspirando, y mi respiración sucede: no es mía. Sufro sin sentir ni pensar. El reloj de la casa, lugar cierto en el medio del infinito, toca la media hora seca y nula. Todo es tanto, todo es tan profundo,

¡todo es tan negro y tan frío!


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