jueves, marzo 11, 2010

Lemon Incest




L'amour que nous n'f'rons jamais ensemble
Est le plus beau le plus violent
Le plus pur le plus enivrant


Me gusta mucho la canción de Serge Gainsbourg y su hija, Charlotte, "Lemon Incest", grabada en los años ochenta y cuyo video no puede ser más polémico: ambos en una cama, rodeados de bruma, con ropas de dormir, cantando al amor que se tienen "y que no pueden hacerse". Aún así, me sigue pareciendo conmovedor y puro, sin dejar de ser sensual pero no por ello incestuoso. O completamente incestuoso, quizá deba decir.
A mi amiga S. le pareció violento, y veía en Charlotte una víctima; la canción una oda no sólo al incesto sino también a la pedofília. La verdad el factor de la edad de ella me hacía el descubrimiento de su padre como algo más puro. Quizá porque supe por mucho más tiempo de lo normal sentir amor no-físico puedo entender lo que supongo, ella, Charlotte, sentiría hacia su padre. Es el amor que de pensarlos, ya siento fuertemente por mis hijos varones y que leía tan bien en la cara de mi tía hacia R, o de mi madre hacia sus mamulones.
Para mí este video es provocador y al mismo tiempo pleno, pues trata del gran tabú que nos hace humanos, la prohibición que nos socializa y que constituye a la familia. Claro que no estoy de acuerdo con el incesto, jejeje, si es que una frase así tiene cabida, pero simplemente creo en las palabras de la canción...la linda Charlotte habrá sido el amor de la vida de su papá mujeriego y él parece estar descubriendo ese tipo de amor que no incluye al cuerpo, que prescinde de él. ~

Claro que debe ser muy duro tener un papá así.
S. recuerda cuando le dijo a su padre para casarse con ella; yo me acuerdo de siempre estar a favor de mi papá y pensar que era la persona más inteligente y sabia del planeta. Pero ni el papá de S. ni el mío reforzaron ese amor (e hicieron bien). En cambio, un playboy como Gainsbourg, que necesita y vive del amor loco de cuanta mujer se le atraviese, habrá creado una supra-imagen en su niña. Especulaciones, claro, pero al ver esta escena, hasta yo me siento una niña y me enamoro un poco del feísimo y viejo Serge.

No hay comentarios.: