Dos puntos de un recorrido que sólo conoce Dios (y quizá el ladrón)
Sala de mi casa, Barcelona
Rabat, Marruecos, en una pequeña calle que pinta el google maps sin nombre
Cuento al menos con el segundo punto. La verdad casi siempre, si tenemos algo, tenemos uno. El punto que está en nosotros. Todo lo demás es misterio.
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