De nuevo, Paz, pero luego viene la Lispector a darnos una clase de lo mismo hecho cuento-poema:
"Progreso.
Nuestra idea del tiempo como cambio continuo no sólo es una ruptura del arquetipo medieval cristiano sino que es una nueva combinación de sus elementos. El tiempo finito del cristianismo se vuelve el tiempo casi infinito de la evolución natural y de la historia pero conserva dos de sus propiedades constitutivas: el ser irrepetible y sucesivo.
La modernidad niega al tiempo cíclico de la misma manera tajante con que San Agustín lo había negado: ya no es el alma individual, sino la colectividad entera, la especie humana. El segundo elemento, la perfección consubstancial a la eternidad, se convirtió en un atributo de la historia. Así se valoró por primera vez al cambio: los seres y las cosas no alcanzan su perfección, su plena realidad, en el otro tiempo de aquí -un tiempo que no es un presente eterno, sino fugaz. La historia es nuestro camino a la perfección."
Clarice Lispector:
"Conversa com filho.
- Sabe, eu tinha vontade, mamãe, de experimentar às vezes ficar doido.
- Mas pra quê? (Eu sei, eu sei o que você vai dizer, sei porque em mim o meu bisavô deve ter dito o mesmo, eu sei que é através de quinze gerações que uma só pessoa se forma, e que essa futura pessoa me usou para me atravessar e usará o filho de meu filho, assim como um pássaro pousado numa seta que vagarosamente avança.)
- Pra me libertar, assim eu ficava livre...
(Mas haverá a liberdade sem a prévia permissão da loucura. Nós ainda não podemos: somos apenas os gradativos passos dela, dessa pessoa que vem.)"
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